
Desde tiempos inmemorables nuestros pueblos indígenas han hecho uso de la medicina tradicional para curar enfermedades. Para ello, han acudido a las plantas y a los rezos. Esta preocupación por curar las enfermedades que afectan el cuerpo y el espíritu hizo que la selva, como su entorno natural inmediato, se transformara en laboratorios de investigación donde ancianos y médicos tradicionales se han dado a la tarea de buscar cura a tantos males. La medicina indígena, de tradición milenaria, se ha perpetuado de generación en generación debido a la estrecha relación hombre-naturaleza. A cada planta de la selva le han encontrado alguna utilidad medicinal. De las plantas medicinales emplean los bejucos, hojas, tronco, raíces, flores y fruto. Las formas de curación están dadas a través de emplastos, cataplasmas, brebajes, tisanas, vaporizaciones, masajes, soplos, dietas, rezos y amuletos, entre otros.
La medicina indígena no se basa únicamente en la curación del cuerpo como lo hace la medicina occidental sino que busca mantener el equilibrio entre cuerpo, espíritu y naturaleza, como un todo, de una manera más integral. Ante todo, la medicina tradicional es de carácter preventivo. Muchos de los rezos se aplican al recién nacido, a la mujer que ha tenido un parto, a la niña luego de tener la menarquia, etc., todo ello para inmunizar el organismo de la persona y evitar la llegada de las enfermedades.
No pueden estar ausentes los rezos ya que por encima de todo, los dioses son los que rigen las leyes del mundo y pueden ser benefactores del hombre o por el contrario, generar castigos. El valor de la medicina tradicional indígena, establecida como el principio y fin de la vida del hombre, se ha regido a través de premios y castigos de acuerdo al comportamiento humano; con tal fin, dioses buenos y dioses malos se han disputado la conducta humana. Esta ambivalencia hizo surgir también los médicos indígenas buenos y los médicos indígenas malos.
El payé como denominan en la región amazónica al médico tradicional o curandero, es la persona encargada de devolver la salud a los enfermos, prevenir las enfermedades y mantener el equilibrio entre el hombre y la naturaleza. Según los payé, las enfermedades se producen porque el hombre no ha tenido un buen comportamiento con la naturaleza, ha profanado los sitios sagrados, por envenenamiento, brujería o por accidentes. El payé tiene una amplia preparación para ver más allá del mundo físico y, de esta manera, prevenir y curar enfermedades. Esto lo consigue a través del empleo del yopo y del yagé que son plantas de primera mano. El yagé (banisteriopsis sp.) es un producto natural preparado a base de plantas y es empleado por el payé para ubicarse espiritualmente en un lugar determinado, generalmente en otra dimensión, con el fin de tener una visión más clara sobre la vida de las personas y sobre las enfermedades. Otras plantas empleadas por el médico tradicional de la Amazonía colombiana son el tabaco, la coca, la virola y el capi.
Desafortunadamente, la profesión de médico tradicional indígena está perdiendo vigencia en el contexto amazónico debido al creciente proceso de aculturación del nativo. Se está perdiendo la tradición oral y los ancianos no enseñan a los jóvenes, pues estos últimos se avergüenzan de su condición de indígenas e irrespetan a los adultos. La pérdida de identidad, fruto de la evangelización -que prohibía las prácticas de medicina tradicional-, el contacto con el colono y la presencia de la medicina institucional, han ido en detrimento de la figura del payé y de la medicina tradicional.
Es fundamental, para mantener viva la medicina tradicional y la esencia del payé: la creación de huertas y jardines botánicos en los resguardos indígenas, reafirmar la identidad cultural como forma de manifestación y tradición milenaria, exigir el reconocimiento legal de los saberes de la etnomedicina en las instituciones oficiales, articular el trabajo del médico occidental y el médico tradicional en los hospitales, centros de salud y demás instituciones de atención en salud, exigir la no fumigación de los resguardos y comprometer al Gobierno Nacional para que proteja las patentes de las plantas medicinales y el conocimiento tradicional para el usufructo de las comunidades indígenas.
La medicina indígena no se basa únicamente en la curación del cuerpo como lo hace la medicina occidental sino que busca mantener el equilibrio entre cuerpo, espíritu y naturaleza, como un todo, de una manera más integral. Ante todo, la medicina tradicional es de carácter preventivo. Muchos de los rezos se aplican al recién nacido, a la mujer que ha tenido un parto, a la niña luego de tener la menarquia, etc., todo ello para inmunizar el organismo de la persona y evitar la llegada de las enfermedades.
No pueden estar ausentes los rezos ya que por encima de todo, los dioses son los que rigen las leyes del mundo y pueden ser benefactores del hombre o por el contrario, generar castigos. El valor de la medicina tradicional indígena, establecida como el principio y fin de la vida del hombre, se ha regido a través de premios y castigos de acuerdo al comportamiento humano; con tal fin, dioses buenos y dioses malos se han disputado la conducta humana. Esta ambivalencia hizo surgir también los médicos indígenas buenos y los médicos indígenas malos.
El payé como denominan en la región amazónica al médico tradicional o curandero, es la persona encargada de devolver la salud a los enfermos, prevenir las enfermedades y mantener el equilibrio entre el hombre y la naturaleza. Según los payé, las enfermedades se producen porque el hombre no ha tenido un buen comportamiento con la naturaleza, ha profanado los sitios sagrados, por envenenamiento, brujería o por accidentes. El payé tiene una amplia preparación para ver más allá del mundo físico y, de esta manera, prevenir y curar enfermedades. Esto lo consigue a través del empleo del yopo y del yagé que son plantas de primera mano. El yagé (banisteriopsis sp.) es un producto natural preparado a base de plantas y es empleado por el payé para ubicarse espiritualmente en un lugar determinado, generalmente en otra dimensión, con el fin de tener una visión más clara sobre la vida de las personas y sobre las enfermedades. Otras plantas empleadas por el médico tradicional de la Amazonía colombiana son el tabaco, la coca, la virola y el capi.
Desafortunadamente, la profesión de médico tradicional indígena está perdiendo vigencia en el contexto amazónico debido al creciente proceso de aculturación del nativo. Se está perdiendo la tradición oral y los ancianos no enseñan a los jóvenes, pues estos últimos se avergüenzan de su condición de indígenas e irrespetan a los adultos. La pérdida de identidad, fruto de la evangelización -que prohibía las prácticas de medicina tradicional-, el contacto con el colono y la presencia de la medicina institucional, han ido en detrimento de la figura del payé y de la medicina tradicional.
Es fundamental, para mantener viva la medicina tradicional y la esencia del payé: la creación de huertas y jardines botánicos en los resguardos indígenas, reafirmar la identidad cultural como forma de manifestación y tradición milenaria, exigir el reconocimiento legal de los saberes de la etnomedicina en las instituciones oficiales, articular el trabajo del médico occidental y el médico tradicional en los hospitales, centros de salud y demás instituciones de atención en salud, exigir la no fumigación de los resguardos y comprometer al Gobierno Nacional para que proteja las patentes de las plantas medicinales y el conocimiento tradicional para el usufructo de las comunidades indígenas.